lunes, 28 de marzo de 2011

LA VERDAD DEL CARACAZO, ES UNA SOLA, LAS OTRAS SON UNAS FABULAS PARA AUTOEXCULPALSE

“SI LA HISTORIA BIBLICA LA HUBIESE ESCRITO PILATO, JESUCRISTO FUERA EL MALO Y SUS VERDUGOS LOS MARTIRES” H.F

Debo informar con la mayor honestidad, un alto profesionalismo y responsabilidad suficiente comprobada, con el único fin de que no se distorsione la verdad histórica con respecto a los hechos ocurridos el 27-28-29 de febrero 1989 conocido como el Caracazo. La invitación que el gobierno venezolano le hizo al Presidente de Cuba, Fidel Castro con motivo de la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez como Presidente de la República de Venezuela en Enero de 1989. De dicha delegación cubana yo fui designado por el Ministerio de la Defensa de Venezuela, jefe de la Casa Militar del Presidente Fidel Castro y el resto de la seguridad estaba conformada por: El Comisario General, Marcos Yañez Pasarela(P.T.J) General, Raúl Giménez Gaiza (D.I.S.I.P), vicealmirante. Germán Rodríguez Citraro (DIM), General, Gonzalo Vajares Colmenares (P.M) y Comisario General Orlando García, Comisionado General Presidencial, todos los cuales hicieron un trabajo de alto profesionalismo y de reconocida eficiencia. La cual estuvo enmarcada en todo momento bajo Convenios, Acuerdos y Tratados Internacionales suscritos por Venezuela, con la Organización de las Naciones Unidad (O.N.U) Organización de los Estados Americanos (OEA) Internacional Socialista (I.S). El despliegue de la seguridad de la delegación cubana estuvo integrada según documentos oficiales del gobierno venezolano, por ciento veinte (120) funcionarios en misiones de: Seguridad, Protocolo, Prensa Choferes, Cocineros, Personal Medico y de Sanidad y Servicio Personal del Presidente etc, las armas que se les permitió ingresar al país se encontraban registradas en el Protocolo de ingreso clasificado como Diplomático y en cantidades numero, serial, tipo de armas, marca de fabricación calibre etc. (pistolas y revólveres), así como cinco (5) fusiles de asalto para seguridad del edificio Eurobuilding Suite, cinco ( 5 )Maletines con Subametralladoras para defensa inmediata del 1er anillo de Seguridad del Presidente Fidel Castro dos(2) vehículos marca Mercedes Benz para el traslado y seguridad personal de Fidel. Afirmar que Fidel y el g-2 cubano tuvieron algo que ver con el Caracazo y la entrega de armas para armar al pueblo venezolano y provocar la insurrección del Caracazo como asegura el general Carlos Julio Peñaloza Zambrano en su columna: “la verdad sobre el Carachazo” en la Revista Zeta es de la más absoluta fantasía, Cobardía e irresponsabilidad, sobre todo que Carlos J. Peñaloza Z reconoce en ese documento que era jefe del Estado Mayor del Ejército y asegurar que: “aunque no tuve mando de tropa en esa operación”. Me pregunto ¿Como es posible que el segundo hombre en importancia en la Cadena de Mando del Ejercito, diga semejante barbaridad (no tuve mando) cuando todas las ordenes del Comandante General son distribuidas o canalizadas a través del Jefe del Estado Mayor, esto solo demuestra ignorancia en el mando y para cubrir su compromiso con el grupo de los notables militares traidores del 4-F-1992. Otro argumento es, si Carlos j Peñaloza tenia conocimiento de todo ésto que denuncia 22 años después en que ocurrieron los hechos. ¿Cómo es posible que siendo Jefe del Estado Mayor del Ejército es en ese momento? No lo denuncio al Comando General del Ejército, al Ministro de la Defensa al Director de la D.I.M o al Presidente de la República ¿fue entonces un acto de complicidad, cobardía, falta de lealtad o alta traición? Yo te voy a recomendar C.J.P.Z que traslades (tu trinchera) a Venezuela y no sigas combatiendo al gobierno de Hugo Chaves desde un apartamento muy caro, lujoso y confortable desde Miami,”USA”, además no me sigas puyando porque siempre que lo haces te vuelvo a replicar. Sigo, afortunadamente los hechos del Caracazo mas las conclusiones de las investigaciones, a pesar de que hubo imputados (como testigos o indiciados) no se ha podido demostrar después de 22 años alguna responsabilidad de carácter civil o penal, de civiles o militares venezolanos y mucho menos de cubanos. De las armas incautadas todas fueron armas ligeras de bajo calibré y de procedencia de armamento O.T.A.N y ninguna del mismo o superior calibre proveniente del Pacto de Varsovia (U.R.S.S. armamento ruso) considero que con el entierro de setenta( 70) cadáveres todos sin identificar por parte del gobierno bolivariano, el domingo 27 de febrero de 2011 y además sin ningún preso o presunto responsable por investigación o sentencia tribunalicia, éste es el mejor argumento para demostrar que el Caracazo fué verdaderamente (una explosión social o popular) que se agravó por lo conocido en politología como dinámica de masa que sin lugar a dudas fue el resultado de la acumulación de problemas de todo tipo Económicos , Políticos, Sociales etc. Cuyo único fin fue producto del hambre y desabastecimiento que con furia los llevo al pueblo a el pillaje y al saqueo y hasta el cobro de deudas personas (culebra) o entre bandas rivales en defensa o agresión para apoderarse o proteger el botín producto del robo y fue por esa razón y no otra que hicieron frente a los órganos de Seguridad del Estado y a la F.A.N. en sus diferentes componentes. En cuanto a los cajones que trajeron fueron treinta y ocho (38) que formaban parte del equipaje o Bagaje Diplomático compuesto de: alimentos, cocina, agua, bebidas y servicio de cuarto (toallas, almohadas, cobijas, sabanas, ropa, armas) así como Equipos de Comunicación (de punto a punto) y una planta de telecomunicaciones para sus Comunicaciones Internacionales. Debo aclarar también que el Hotel Eurobuilding Suites no estaba terminado y mucho menos inaugurado para esa fecha (Enero 1989)por lo que fue necesario habilitar tres (3)pisos del euro Building Suites que es un edifico, que forma parte del Complejo Hotelero ¿Por qué se tomo esa decisión) porqué los Organismo de Seguridad e Inteligencia del Estado les preocupaba informaciones de la colonia cubana exiliada en Venezuela y en Miami (USA) que amerito según ellos, los cubanos, el total aislamiento de Fidel y su Comitiva Presidencial, fue de esta forma como fueron rechazados los Hoteles Hilton, Tamanaco etc. y el resto de los Hoteles de la Gran Caracas. Esta es la realidad de la visita de Fidel a Caracas – Venezuela y es lo que me obliga a señalar que la historia se escribe sobre la verdad y no sobre situaciones fabuladas que al manipular y distorsionar solo buscan o ayudan a cubrir delitos personales de gran responsabilidad histórica como imputados. Y éste si es el principal objetivo de militares ladrones que huyeron del país hace 20 años (1991-2011) con una cuantiosa fortuna y que ahora pretenden regresar al país como héroes exiliados y que desde hace un año aproximadamente la oposición la ejercen desde un apartamento (trinchera) que cuesta más de un millón de dólares desde Miami Estados Unidos. Concluyo, desnudando ésta verdad con palabras del ex Presidente Carlos Andrés Pérez “Desafortunadamente el Caracazo fue más bien una lucha de gritos y atropellos más que una lucha armada ya que las armas estaban en los órganos de Seguridad del Estadio y las otras en manos del delincuente común y en el malandraje propio del barrio”.
Sin lugar a dudas con ese artículo publicado en la Revista Zeta por Calos Julio Peñaloza Zambrano, solo busca sembrar el Rumor para luego venderlo como Información que lo haga notable, algo que siempre fue en la logia militar golpista.



HERMINIO FUENMAYOR
GENERAL Y ABOGADO
herminiogallo@yahoo.com

miércoles, 9 de marzo de 2011

Las Hipocresías del Caracazo

Preguntas Concretas

“En una sociedad libre, se supone que debemos conocer la verdad. Los problemas graves comienzan cuando en una sociedad la verdad es sinónimo de traición”.


Preguntas concretas que requieren respuestas del Ministerio Público y hasta ahora las ha evadido con relación a los sucesos del Caracazo.


1) ¿Por qué habiéndose iniciado la aplicación material del Plan Ávila el día 28 de Febrero de 1989 a las 8 post-meridian el Ministerio Publico en conocimiento perfecto de fecha y hora de iniciación, se empeña en sostener que el total de victimas se produjo como consecuencia de la aplicación de dicho Plan, cuando está plenamente demostrado que los disturbios se iniciaron en fecha 25 de Febrero en horas de la mañana y hasta el 28 de Febrero a la hora mencionada se produjeron una cantidad importante de fallecidos, los cuales el ministerio público engloba dentro del total de victimas fatales del llamado caracazo y contabilizadas en trescientos once personas?
2) En consonancia con lo anterior ¿aquellas personas fallecidas entre el 25 de Febrero y el 28 de Febrero a las 8:00 pm, hora de la iniciación de la aplicación del Plan Ávila murieron a causa de cual motivo y quienes fueron responsables de estas muertes?
3) El Ministerio Público sostiene y certifica conocer el nombre, apellido, sitio y hora de cincuenta (50) de los fallecidos, sustento de la acusación que presenta; además conoce tanto el nombre de la unidad táctica o batallón y la identificación personal de cada uno de los Comandantes de esas unidades y siendo como lo son las responsabilidades penales, individuales e intransferibles, ¿Por qué no fueron citados e interrogados esos señores Oficiales a fin de establecer la continuación de la cadena de mando en orden descendente hasta identificar a los actuantes y determinar las circunstancias por las cuales pudieron ocurrir los fallecimientos y bajo cuales premisas e instrucciones actuaron los ejecutantes de esas acciones, y con ello establecer la autoría material, los posibles responsables y el por qué hicieron uso de sus armas, dando así además, de establecer la verdad y la justicia, dar respuesta a los requerimientos de la Corte Interamericana de Justicia en su sentencia del caso en cuestión?
4) Las Fuerzas Armadas de la República Bolivariana de Venezuela desde tiempos inmemorables dejaron de ser una montonera y se transformaron en una organización perfectamente estructurada con total adecuación a las leyes y reglamentos y siguiendo pautas de comando basadas en unidades bien conformadas y con instrucciones y organizaciones totalmente conocidas e identificables. Esas organizaciones comienzan desde la base con unidades llamadas Equipos y Escuadras, luego Pelotones, Compañías, Batallones, Brigadas, Divisiones y Ejércitos; cada una de ellas con su comandante, designados por resoluciones oficiales precisas y con atribuciones muy bien determinadas. ¿Cómo puede entonces siquiera pensarse que los solos responsables del Comando, control y ejecución de las ordenes puedan ser los integrantes de la cúpula militar, quienes estaban distantes de los hechos y áreas geográficas de ocurrencia y en ningún caso pueden suplantar a los comandos directos ni mucho menos usurparles sus atribuciones asumiendo sus obligaciones directas?
5) Si aceptamos que las Fuerzas Armadas de la República Bolivariana de Venezuela son una organización del Estado y son obedientes al Poder Público establecido democráticamente, ¿no constituye una GRAVISIMA OFENSA para todos los venezolanos, asimilarlas a una organización mafiosa en cuya cúpula conviven terceros hombres que se desvían de sus funciones para preservar autócratas con intensiones desviadas cuyo único objeto es conquistar y mantener el poder a perpetuidad, tal como lo establece la pretendida teoría de Roxim?
6) Si la Justicia debe ser igual para todos y sin discriminación de ningún tipo, ¿porque se prescribe los hechos conocidos como “El Caracazo” para algunos de los participantes y ejecutantes y no para otros?
7) Uno de los soportes fundamentales de la teoría de Roxim es la formación de una organización ilegal de poder para delinquir, paralela a la legal como consecuencia de largos periodos de permanencia en la cúpula direccional por las mismas personas (propio de los sistemas totaritarios, autoritarios y dictatorial). ¿Como puede el Ministerio Público tratar de usar la teoría para incriminar a las Fuerzas Armadas y enjuiciar la Cúpula Militar que actuó en los sucesos del Caracazo, cuando las características fundamental de dicha institución, y que constituye a su vez una gran debilidad para mejorar su eficiencia, es la “ROTACION” constante de sus jefes los cuales duran entre 8 ó 10 meses en su cargo. Esto impide la consolidación de estructuras paralelas de Poder a la manera como las concibe Roxim.
8) Si todas las Fuerzas Armadas actuaran con un bloque momolitico en los sucesos y no hubo ninguna discrepancia de parte de sus miembros ya que los mismos estaban constantemente evaluando lo que estaba ocurriendo, y si el pueblo venezolano en esos días y posteriores consideró que gracias a la actuación de sus Fuerzas Armadas bajo la conducción del Alto Mando Venezuela no perdió su libertad ni su democracia, ¿Por qué, después de 22 años se trata de llevar a juicio a esa Cúpula Operativa que mereció el reconocimiento y agradecimiento en tal lamentable sucesos de parte de toda Venezuela? ¿Sera que quiere cobrársele el no haber dado un Golpe de Estado para quebrantar la democracia que luego propiciase otro tipo de operaciones para dar al traste con nuestra democracia?

Luis Martínez

miércoles, 2 de marzo de 2011

Falsificar la historia

Fernando Ochoa Antich

Hugo Chávez conoce perfectamente que la historia no le perdonará los dolorosos asesinatos del 4 de febrero y del 27 de noviembre de 1992, ni aquellos ocurridos el 11 de abril de 2002. Es importante recordarle, ahora que su aliado, desde sus tiempos de oficial activo e impenitente conspirador, Muamar Gadaffi masacra al pueblo libio, que sobre su conciencia caerá siempre la sangre inocente de los venezolanos muertos en esos trágicos días. Ni las injustas sentencias dictadas en contra de los comisarios de la Policía Metropolitana, ni los absurdos juicios incoados en contra de los jefes militares que tuvieron la responsabilidad de dirigir las Fuerzas Armadas Nacionales en la tragedia del 27 de febrero de 1989, impedirá que el dedo acusador de la historia lo señale como el gran responsable de esos crímenes. Hoy, 27 de febrero, se conmemora un nuevo aniversario de ese trágico día.

Estoy seguro que los medios de comunicación del gobierno desarrollarán una nueva y masiva campaña de propaganda para vincular esos acontecimientos con la mal llamada Revolución Bolivariana. Perderán el tiempo. Los venezolanos conocen perfectamente los hechos. Recuerdan la cobardía demostrada por los jefes de los alzamientos militares en contra de un gobierno constitucional y el crimen provocado por Hugo Chávez durante la marcha pacífica del 11 de abril de 2002. Tampoco olvidan lo que ocurrió el 27 de febrero de 1989: el pueblo se lanzó a la calle a protestar con razón por el incremento del precio del transporte colectivo y la escasez de los productos de primera necesidad; pero, es imposible negarlo, durante esos días se cometieron actos injustificables de violencia y saqueos que aterrorizaron a la mayoría pacífica de los venezolanos.

Es inaceptable que después de tantos años se trate de responsabilizar de esos dolorosos hechos a las Fuerzas Armadas Nacionales y a los jefes militares que aplicaron el Plan Ávila. Esa operación tiene por misión reestablecer el orden público ante la incapacidad de la autoridad civil para hacerlo. Es una operación de planificación centralizada y de ejecución descentralizada que impide a los jefes militares controlar los hechos que puedan estar ocurriendo en un momento determinado. Esa responsabilidad les corresponde a los comandantes inmediatos de las pequeñas unidades que tienen el control directo sobre los soldados y le corresponde la obligación de vigilar que su actuación respete las leyes vigentes y los derechos humanos. En descargo de esa responsabilidad debo decir que los soldados sólo están entrenados y equipados para operaciones de combate.

La primera protesta estalló en Guarenas. No era fácil aceptar, un incremento del pasaje que prácticamente duplicaba su costo. El ambiente se fue enrareciendo y de repente se iniciaron los saqueos. A las seis de la mañana, la violencia se circunscribía a Guarenas y a Guatire; a las 8:a.m. miles de personas protestaban violentamente en el centro de Caracas. Las unidades policiales que se acercaron a los disturbios mantuvieron una actitud de sorprendente complicidad con lo que ocurría. Al mediodía, la situación era verdaderamente
grave. La violencia se había generalizado por todo el centro y el oeste de Caracas. El doctor Virgilio Ávila Vivas, gobernador de Caracas, de manera inexplicable no tomó ninguna medida para enfrentar los acontecimientos. Su responsabilidad en estos hechos es inmensa. Los saqueos se extendieron por toda Caracas y empezaron a ser transmitidos ampliamente por la televisión.

Estos hechos de violencia atemorizaron a todos los sectores sociales de Caracas, los cuales se sintieron amenazados por la presencia de grupos de saqueadores en las cercanías de las
zonas residenciales. Todo el mundo empezó a armarse. Esta grave situación, que hacía temer un enfrentamiento entre grupos sociales, obligó al gobierno nacional ordenar la intervención de las Fuerzas Armadas, la cual sólo ocurrió el 1° de marzo. En esos días, escuché explicar a varios oficiales subalternos que al iniciarse el patrullaje en las calles ya había numerosos muertos y heridos. Es muy sencillo para el Poder Judicial y la Fiscalía responsabilizar ahora exclusivamente a las Fuerzas Armadas y a los jefes militares en lugar de investigar en profundidad para determinar los autores materiales de cualquier violación de derechos humanos que dolorosamente haya podido ocurrir. Esa es la verdad.

Caracas, 27 de febrero de 2011.
fochoaantich@gmail.com.

EL OLVIDO DE LOS DIOSES

Atanasio AlegreAtanasio Alegre

Podía haber sido un día como tantos por los que trascurría aquel 27 de febrero de 1989 y no fue así. Anunciaron por radio que había disturbios, una palabra habitual en el lenguaje de la época. Los había con demasiada frecuencia en los alrededores de la universidad donde hacíamos vida. En dos de las entradas, para ser precisos, porque la de los Chuaguaramos, la que lleva a las instalaciones hospitalarias y a las de la Facultad de medicina solían quedar a salvo. Por allí entrabamos para que los alumnos no perdieran el semestre. No lo perdieron, de hecho, ese año. Pero los disturbios de ese día se habían generado en la ciudad dormitorio de Guarenas en protesta por el treinta por ciento del aumento de la gasolina.

A eso de las diez me llamó por teléfono el profesor Nuño, quien se convertiría después en una de las voces de expresión más sutiles, más agudas y más controvertidas sobre el destino de la sociedad venezolana.

-Enciende la televisión.

Con el teléfono en la mano vi lo que estaba pasando en el Nuevo Circo, en San Bernardino y en el Centro de Caracas. Lo que ocurría eran incendios y un saqueo y pillaje desaforados en los establecimientos. No había consignas. No había nadie a quien se pudiera adjudicar un liderazgo de la situación. La policía quedó desbordada inmediatamente.

-Estamos dejados de la mano de Dios.

- En el olvido de los dioses, replicó Nuño.

Los dioses tutelares, naturalmente. Así había comenzado la caída del Imperio Romano, con el saqueo de Roma. Fue entonces cuando San Agustín pronunció uno de los más importantes discursos de la historia titulado: Sobre la destrucción de la ciudad. Ni la Revolución francesa ni la rusa o cualquiera de las que uno recordaba habían tenido ese comienzo.

Faltaba alguien que comandara la operación destructora, un Alarico cualquiera. Pero aquel 27 de febrero nadie dio la cara. Había otro dato curioso. No se atacaba a ninguna de las sedes donde funcionaban las instrucciones, ni siquiera la sede de los partidos políticos, ni se metían para nada con el gobierno. Era la destrucción por la destrucción.

Veinticuatro horas después, la situación era incontrolable para las llamadas fuerzas de seguridad del estado. Ni el toque de queda ni la suspensión de garantías, impuestas por el Presidente de la Republica, calmaron los ánimos, ni el vendaval destructor amainó. Cerca de tres mil establecimientos fueron saqueados. Y hubo más de un centenar y medio de incendios provocados. Las pérdidas alcanzaron sumas astronómicas.

Ante tales acontecimientos entró en juego el ejército. Había que tomar medidas puntuales, severas y efectivas. Se tomaron. Todo de acuerdo a una exigente planificación militar

Quien estuvo al cabo de aquella operación militar y quien, según el común de la gente, salvó al país de una previsible aniquilación, ha sido imputado veintidós años después, justamente en estos días. Sin embargo, una vez que las aguas volvieron a su sitio, hubo voces que pedían que este hombre que había evitado una guerra civil – cuando menos- se hiciera cargo del gobierno. ¿Por qué no aceptó?

Esa es una de las preguntas con respuesta. El hombre se llama Italo del Valle Alliegro. Es y ha sido un demócrata a carta cabal y, por tanto, no estaba en sus planes iniciar una dictadura.

La que no ha tenido respuesta y, si las ha habido, no han sido satisfactorias, es la de quien estaba detrás de todo aquello.

Lo de Juan Nuño sobre el olvido de los dioses no deja de ser una notable metáfora: comparar lo que pasó aquel 27 de febrero en Caracas con el saqueo de Roma por las huestes de Alarico, abriendo la puerta a los bárbaros. Comparar no es, en todo caso, igualar.

El asunto está ahora en que esos dioses tutelares no miren para otra parte cuando tengan que echar una mano a este Don Italo del Valle Alliegro a quien se trata de llevar a juicio y en quien se reúnen las circunstancias de haber salvado al país del caos cuando lo del Caracazo, y de ser, por otro camino, un acendrado hombre de pro, un demócrata de los de siempre.-

El caso de Italo del Valle Alliegro


Gustavo Coronel.


Nuestras instituciones de justicia se han convertido, bajo el régimen de Hugo Chávez, en instrumentos de venganza o en instrumentos para la glorificación del delito. Con el silencio cómplice de estas instituciones se condecoró a un grupo de reos de alta traición por su participación en los golpes de Febrero y Noviembre de 1992, el primero de los cuales incluyó un intento de asesinato de la familia del presidente constitucional del momento Carlos Andrés Pérez. Estos traidores a su juramento militar fueron condecorados por Hugo Chávez bajo la mirada complaciente o indiferente de las instituciones de justicia venezolanas, convertidas en cómplices del despotismo.

En paralelo la Fiscalía General adelanta un juicio contra el General (R ) Italo del Valle Alliegro por su participación en los eventos llamados El Caracazo, ocurridos hace 21 años. Según la Fiscalía, manejada por una ficha de Hugo Chávez, el General Alliegro, sería culpable de violaciones a los derechos humanos de venezolanos durante esos eventos.

Es revelador constatar que esta misma fiscalía ha determinado la prescripción de la responsabilidad por eventos similares ocurridos hace mucho menos tiempo (la de los etarras quienes hoy reciben la protección del régimen chavista) y que los tribunales de la república han declarado prescritos los casos de tres venezolanos ( los señores Blanco Berroterán, Colmenares Gómez y Yánez Figueredo) involucrados en los sucesos del Caracazo. Enjuiciar al General Alliegro sin límite de tiempo es inconsistente con estas actuaciones y es una buena muestra del deseo de venganza política que hay detrás de esta acusación.

La Fiscalía hace al General Alliegro responsable de los sucesos irregulares que pudiesen haberse cometido durante la ejecución del Plan Avila. Este plan fue ordenado por el Presidente Pérez, en Consejo de Ministros, hasta tardiamente, según alega un oficial activo en aquella época, el Coronel Luis Alfonso Dávila García, quien después tuvo destacada posición en el gobierno de Hugo Chávez. Según este mismo oficial, y esto es algo que todo militar conoce, el Plan Avila es de ejecución descentralizada, existiendo tantos “Planes Avilas” como grupos están a cargo de su ejecución. Por ello, la concentración de responsabilidad en una sola persona que no actuó como ejecutora de los planes sino quien simplemente transmitió la órden emanada de la presidencia de la república, no tiene lógica o justificación alguna. La fiscalía no parace haber hecho ningún intento de establecer responsabilidades personales por hechos irregulares específicos. Ni siquiera ha podido establecer con claridad cuales fueron esos hechos irregulares específicos, pués maneja información errada sobre esos sucesos, incluyendo una lista de víctimas en la cual figuran personas quienes habían muerto antes de los eventos mencionados como El Caracazo. La acusación urdida por la Fiscalía por I mposición de Hugo Chávez representa claramente un acto de venganza destinado a desprestigiar al gobierno de su enémigo, Carlos Andrés Pérez. Este odio contra Pérez, quien lo venció y llevó a prisión, se demostró cuando ordenó asesinar a su familia en La Casona, en un acto, ese sí, de naturaleza imprescriptible y directamente atribuíble a la responsabilidad del golpista (Así lo admitió Francisco Arias Cárdenas, uno de los golpistas, luego traidor a Chávez y luego amanuense de Chávez, tres veces traidor). Nadie ordenó a Chávez alzarse contra el presidente constitucional. Nadie le ordenó tratar de asesinar a la familia del presidente. El solito lo decidió y ello lo hace reo de traición.

En ese acto de venganza de Hugo Chávez contra Carlos Andrés Pérez el chivo expiatorio resulta ser un militar de conducta intachable, Ítalo del Valle Alliegro, quien actuó bajo órdenes presidenciales para implantar un Plan Avila, el cual aun existe por cierto, prueba de que no es un plan diabólico de la cuarta república. En el momento en el cual el Plan Avila fue ordenado, el país se encontraba rebasado por la violencia y la anarquía y solo el ejército quedaba como garante del órden. Hasta José Vicente Rangel, quien luego sería Ministro de la Defensa de Hugo Chávez, elogió la actuación del ejército en aquel momento, en declaraciones dadas el 20 de marzo de 1989. En contraste, Chávez ordenó el Plan Avila en 2002 para reprimir una marcha ciudadana y pacífica en su contra, no actos vandálicos, y esta orden fue repudiada por sus oficiales, quienes le pidieron la renuncia, la cual aceptó lloroso, agarrado de las sotanas de Moseñor Baltazar Porras.

Este régimen está formado por hombres y mujeres despreciables desde el punto de vista ético. Nunca pensé que Venezuela pudiera parir tanto desvergonzado, capaz de hacer cualquier cosa para satisfacer venganzas y complejos.

HISTORIA FALSEADA

Arnoldo José Gabaldón
Especial para Tal Cual

Pareciese que ya es una costumbre de los regimenes socialista, el
falsificar la historia: construir su propia epopeya, para realzar las
hazañas de sus protagonistas. La dialéctica marxista por tradición
enseña, que es indispensable desarrollar una épica de la revolución
para poder entusiasmar a la gente, pero especialmente a los más
ignorantes.

Una de las leyendas inventadas para acuñar la nueva historia patria
que se esta escribiendo, expone que la revolución bolivariana
tuvo su hito primigenio el 27 de febrero de 1989. En esa ocasión,
supuestamente, las masas se revelaron con odio contra la opresión
y las injusticias sociales. Algunos llegan al paroxismo de manifestar,
que ese fue el embrión de una nueva lucha heroica antiimperialista.

Los lamentables sucesos de fines de febrero de dicho año, se
incubaron dentro de un periodo innegable de profunda crisis
económica-fiscal en Venezuela. Los precios del petróleo se habían
derrumbado en los años anteriores, manteniéndose entre $15 y
$20 el barril (que tal cuando se comparan con los precios de los
últimos siete años); las reservas fiscales se redujeron al mínimo,
la inflación y la escasez de víveres de primera necesidad eran
ostensibles y la población humilde estaba atravesando por reales
precariedades, generándose un estado de justificada insatisfacción.

El gobierno que apenas se iniciaba, había sido electo con
una importante mayoría de votos y para paliar la crisis había
anunciado un fuerte programa de reajuste, orientado a corregir los
desequilibrios macroeconómicos existentes, como vía para salir de
la crisis fiscal e impulsar una nueva fase de crecimiento.

En Guarenas el 27 de febrero, un alza no autorizada oficialmente
del precio de los pasajes de transporte colectivo del 30%, genero
por la mañana una justificable protesta popular, que se agravo
durante el día y la noche, degenerando en saqueos de comercios
y quema de automóviles, que requirió la intervención de la
Guardia Nacional. Mientras tanto en Caracas, al medio día, en
los alrededores del terminal del Nuevo Circo, tuvo resonancia

el conflicto originado en Guarenas y más tarde se extendió con
saqueos de locales comerciales y quema de vehículos, en el
centro de la ciudad y algunas barriadas humildes. Estos últimos
sucesos se facilitaron por una huelga de brazos caídos de la Policía
Metropolitana. por reivindicaciones salariales.

Este estallido social no organizado y liderizado espontáneamente
a nivel local en muchos casos, por zagaletones y maleantes, que
deseaban apoderarse de lo ajeno, se extendio el siguiente día por
vecindarios formales y muchas barriadas. El efecto demostrativo
perverso llego hasta otros centros poblados del interior, creándose
en general gran alarma, por las consecuencias imprevisibles que
podrían derivarse, sino se reestablecía el orden público.

Ante esos acontecimientos que desbordaron a las fuerzas
policiales, al Gobierno del Presidente Carlos Andrés Pérez no le
quedo más recurso que suspender las garantías y encomendarle
a sus Fuerzas Armadas como era logico, la restitución del orden
trastocado. El Ministro de la Defensa, General Italo del Valle
Alliegro, digno oficial de probada conducta democrática y su
Alto Mando, en virtud de las órdenes oficiales recibidas y en
todo apegados al estado de derecho, procedieron a restablecer
la tranquilidad social quebrantada, a través de la estructura de
mandos subalternos. Era indispensable calmar la alarma que
embargaba a toda la población, ante el súbito estallido y la ola de
bandalaje desencadenado.

El balance general de los acontecimientos fue muy lamentable.
Se han documentado 276 muertes y un considerable numero de
heridos. Los daños económicos también resultaron muy elevados.
En Caracas saquearon 900 bodegas, 131 abastos, 95 ferreterías
y 912 negocios varios. En el interior se contabilizaron hasta 784
locales saqueados.

En el Caracazo, como también han sido llamados los sucesos del
27,28 y 1º de marzo de 1989, los rebeldes no fueron a manifestar
a Miraflores, no fue asaltada una sola oficina pública, ni tampoco
la sede de ningún partido político. No fue un estallido contra un
régimen oprobioso, como se ha dado a entender. Mucho menos una
acción revolucionaria.

¿Como pueden confundirse esos acontecimientos sociales donde
tendió a prevalecer la acción de malandrines, con el inicio de una

gesta revolucionaria? Esa es otra forma de falsear la historia de
Venezuela, a la que nos tienen acostumbrados los no-héroes de la
llamada revolución bolivariana. El tiempo futuro habrá de colocar las
cosas en su puesto.

¿Fiscalía o Laboratorioa de Ignominias?

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/5680005.asp


¿Fiscalía o laboratorio de ignominias?
Germán Gil Rico

Miércoles, 23 de febrero de 2011

Febrero, desde más allá de la historia conocida, ha sido un mes parrandero, de jolgorio generalizado. No se recuerdan carnestolendas tristes. Pero en nuestro país, de cierto tiempo para acá, se transformó en ominoso. Recordemos: 1989 el Caracazo, 1992 golpe de Estado contra el gobierno constitucional y democrático, 1999 el Comandante Bellaco en Jefe jura el cargo de Presidente de la República. Acontecimientos cuya interconexión, al decir de los abogados, no admite prueba en contrario.

Ítalo del Valle Aliegro, General de División (r) y Ministro de la Defensa cuando ocurrió el Caracazo, ha sido imputado y acusado por la Fiscalía General de la República, ante el Juzgado XXXII de Primera Instancia en función de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, por la comisión del delito de “homicidio calificado en grado de complicidad necesaria e incumplimiento de pactos internacionales” en la ejecución del Plan Ávila cumpliendo, a no dudarse, órdenes expresas del Presidente de la República en Consejo de Ministros.

Quienes a estas alturas sostienen que el Caracazo (27 y 28-02-89) fue un movimiento espontáneo, son nefelibatas o cínicos. ¿Quién no presenció la acción destructora de individuos formados en brigadas de agitación y asalto? ¿Quién no vio al periodista Alexis Rosas transmitiendo, por el canal 8 y en vivo, desde Guarenas el altercado entre un chofer de buseta y un pasajero, cuya culminación fue la primera pedrada contra una vitrina y la primera unidad de transporte incendiada? ¿No fue esa una señal para incendiar el país?

Seguramente, cuando reinara la anarquía, estallaría el golpe militar. El caos se dio. Civiles armados saquearon, violaron, hirieron y asesinaron. El mayor Acosta Carles cayó fulminado por balas de los forajidos. A los complotados debió habérseles mojado la pólvora. Las tropas institucionales salieron a restituir el orden cuando el Presidente de la República, en Consejo de Ministros, ordenó la activación del Plan Ávila.

Los militares confabulados para el 27-02-1989, al fin, se alzaron la noche del 04-02 y el 27-11-1992, tiñendo las calles con sangre inocente. Los felones pasaron a disposición de la jurisdicción correspondiente. No se decretó el estado de emergencia y Rafael Caldera sobreseyó la causa, no sin antes haber justificado la felonía cuando aún era senador vitalicio. Colocó en entredicho su talante civilista.

El club de “náufragos” políticos, con mucho dinero, empujó al Bellaco a la arena electoral y ganó. A partir del 02-02-1999 ocupa el solio presidencial. En el acto de juramentación, hizo lo que corresponde a un felón, escarneció la Constitución de la República calificándola de moribunda. Nadie interrumpió el acto. La oposición estaba empantuflada y perpleja. No captó el mensaje de un malandro, cubierto en camuflaje de maranto.

Hoy, como en otros casos, presenciamos con inmensa arrechera que, quien hizo derramar sangre inocente, ordene a la Fiscalía de la República con parabólica en los tribunales de ¿justicia? cometer la ignominia de imputar a Ítalo del Valle Aliegro de un delito que no pudo haber cometido. A lo mejor la orden incluyó, para mayor abyección, un proyecto de sentencia ¿condenatoria?... Porque él sabe que el Plan Ávila se descompone en múltiples planes, comandados por los oficiales a quienes corresponda dirigir elementos de tropa, agrupados según el número de sus integrantes.

Superada la pesadilla del 27 y 28F, fue aplaudido por todos los venezolanos, incluyendo muchos de los que hoy pretenden crucificarlo. No le paró a quienes le calentaron la oreja para que asaltara el poder. El Plan Ávila, concebido tiempo atrás, había impedido a las hordas borrachas y estimuladas desde la sombra por mangantes que hoy desgobiernan, destruyeran sus bienes y vidas.

De manera que por tratarse de una venganza con 22 años de maduración, aspiramos que los jueces no oculten la resplandeciente verdad que emergerá, aún por sobre la amenaza que pende sobre ellos, cuantas veces les corresponde dictar sentencia en casos tan sensibles para el Comandante Bellaco en Jefe.

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